¡Buenos días! No me ha costado demasiado elegir sobre qué iba a escribir mi primera entrada. Qué mejor manera de empezar que dándole las gracias a todas esas personas que están ahí, más o menos presentes, para darme ánimos en los momentos duros y para compartir conmigo la alegría de los momentos en los que estoy «a tope».
Cada día soy más consciente de la suerte que he tenido y sigo teniendo con la gente que me encuentro en el camino. Me acuerdo de cuando era aún una niña (qué tiempos aquellos…) y de lo terriblemente desconfiada que era. Eso, unido a mi extrema timidez, me convertía en lo que podemos llamar «antisocial». No sé qué me llevó a ser así, pero lo que sí sé es que hasta hace relativamente poco las luchas internas que tenía en lo referente a relacionarme con otras personas eran épicas. Aún hoy me cuesta bastante, pero progreso adecuadamente.
A pesar de ser así, me he encontrado con numerosas personas que me han hecho el proceso mucho más fácil. Ya hace tiempo me di cuenta de que de todo el mundo te puede aportar algo, como mínimo aprendizaje sobre el ser humano y/o sobre ti mismo. Es lo que suele llamarse «sacar la lectura positiva»; incluso de las personas que no se comportan como debieran o de aquellas con las que no tienes absolutamente nada en común puedes sacar algo enriquecedor.
Afortunadamente, cuento en mi vida con varias personas maravillosas, muchas llevan años y años aguantándome, aunque también hay alguna incorporación relativamente reciente. El fin de semana pasado fue un día muy especial en la vida de una de ellas y me sentí tremendamente agradecida por que me permitiera vivirlo con ella. El hecho de que alguien quiera compartir momentos importantes contigo es lo que te hace ver que algo bueno debes estar haciendo. Al final eso es lo que te llevas, todo lo demás es secundario. Las alegrías y las penas se llevan mil veces mejor teniendo a la gente que te importa y a la que le importas cerca, #esoesasi.
Por eso, aunque suene redundante, agradezco de corazón a todas y cada una de las personas que están ahí que lo estén y aspiro a estar algún día a la altura de lo que ellas me aportan a mi.