Hoy es el último día del 2014. Día de balances, de echar la vista atrás para ver cuánto hemos avanzado respecto al año anterior. Día perfecto para reflexionar sobre si el modo en que hemos gestionado nuestra vida durante estos meses nos ha acercado más a nuestros sueños o si, por el contrario, hemos tomado un pequeño (o gran) desvío. Realmente es un ejercicio que he tomado como costumbre hacer casi todos los días, pero siempre viene bien agrupar las conclusiones para que quede todo bien ordenadito y con más visibilidad. Allá vamos…
ATLETISMO
A finales de 2013 hacía un par de meses escasos que había vuelto a entrenar, después de casi año y medio alejada de la pista. Compaginar los entrenamientos con el curso intensivo de instructora de Pilates se me hizo cuesta arriba, y recuerdo estar bastante agobiada porque mi cuerpo no me respondía todo lo rápido que a mí me hubiera gustado. De hecho, mi espalda se resintió y tuve que relajarme un poco hasta terminar el curso en febrero, por lo que ni me planteé competir en pista cubierta.
Este año he aprendido a escuchar y, sobre todo, a respetar mi cuerpo. Me he dado cuenta de que no me sirve de nada entrenar pensando «si consigo correr a tal velocidad, si consigo levantar tanto peso, si consigo hacer esto o aquello… entonces podré saltar mucho/lejos/bien». NO. No me sirve porque entonces estaría diciéndome de manera implícita que si no lo consigo, no salto. Por eso, atléticamente lo mejor que me ha pasado ha sido tener que empezar de cero, al ritmo que me marcaban mis huesos, mis músculos y mis articulaciones. Eso me ha permitido conocer mucho mejor cuáles son mis puntos fuertes y cuáles los débiles, potenciar unos y darle caña a los otros; darle descanso a mi cuerpo cuando lo sentía necesario y así progresivamente conseguir ser yo la que lo domino, no él a mí. Aún me queda muuucho trabajo por delante, pero este nuevo control que he empezado a adquirir este año me ha hecho ver que no debo ponerme límites, que pasito a pasito los sueños están cada vez más cerca y que nada es imposible a no ser que nos convenzamos de que lo es.
Objetivo: Seguir trabajando con cabeza y teniendo claro que «bien es mejor que más» (yo me entiendo). Las posibilidades son infinitas… ¡A por ellas!

TRABAJO
De las diversas experiencias laborales que he tenido este año, he sacado en claro varias cosas:
- Me encanta estar en una posición en la que puedo ayudar a las personas a ganar agilidad, fuerza, resistencia, coordinación, control sobre su propio cuerpo (sí, esto enlaza con lo de más arriba) y, por consiguiente, su calidad de vida.
- No me equivoqué al elegir mi carrera profesional, aunque haya tardado tanto tiempo en darme cuenta de hacia dónde orientarla.
- Mi capacidad para llegarle a la gente. Me choca bastante, porque a pesar de que el trato con el público siempre se me ha dado bien (en el ámbito laboral, exclusivamente) no sabía que era capaz de conectar de una manera tan importante. Esto es lo que más me ha llenado este año con diferencia: el que tantas personas en sitios diferentes me hayan dicho que he causado un impacto positivo en ellas, ya sea por mi actitud, por la tranquilidad que transmito o por lo que hayan podido aprender de mí. ¿Qué más se puede pedir?
Objetivo: Ser una esponja en lo que a conocimientos sobre cómo trabajar con el cuerpo humano se refiere. Tratar de mejorar mi formación y no dejar de reciclarme. Seguir trabajando con cuidado, respeto y cariño, ¡buen rollito!
VIDA Y OBRA
El 2014 ha sido el año en el que por fin he aprendido a cuidarme y a quererme, a casi todos los niveles:
- Alimentación y cuidado personal. He dedicado tiempo y esfuerzo a descubrir qué me sienta bien y qué no, más vale tarde que nunca. Sigo investigando para descubrir el origen de las reacciones adversas de mi cuerpo. Ahora me siento mucho mejor, tengo más energía y menos molestias/dolores en general.
- Mental. Decidí que quería ser feliz, simplemente. Fui consciente de que no podía dejar que mi felicidad dependiera de lo que tengo, de lo que consigo o, peor aún, de lo que piensa de mí otra persona. Eligiendo ser feliz porque sí, todo solo puede ir a mejor porque lo básico ya lo tengo. Ser positiva y estar agradecida por lo que soy/tengo/siento en este momento, no hay más secretos. Hay momentos en los que es difícil mantenerse firme, es innegable, pero es un compromiso con uno mismo en el que hay que trabajar hasta que sea lo suficientemente sólido como para que te sostenga pase lo que pase.
- Sentimental. Lo separo de lo mental porque este apartado es mi talón de Aquiles (odio esas palabras juntas, pero no se me ocurre otra expresión). Si bien mis sentimientos hacia mí misma son estupendos, sigo sin saber relacionarme correctamente con los demás, sobre todo con las personas a las que aprecio. Sí, suena absurdo, pero es así. Pienso CADA DÍA en ellas, pero soy incapaz de hacérselo saber. Pasan los días, las semanas, los meses, y nada, no hay manera. Menos mal que soy la excepción y que la gente en general no es tan desastre, por lo que siguen contando conmigo y teniéndome estima aunque parezca que vivo en un universo paralelo. Este año he conocido más personas estupendas, algunas solo estaban de paso y otras se quedaron; todas son bienvenidas. También he podido reencontrarme con personas que hacia varios años que no veía, para comprobar que hay conexiones que se mantienen a pesar del tiempo y la distancia. He podido asistir a las respectivas bodas de dos mujeres maravillosas, a las que agradezco enormemente que pusieran tanto de su parte para que pudiera estar presente. De corazón, gracias.
Objetivo: No tener vergüenza de mostrarme como soy. Cuidar a las personas que quiero. Aprender a exteriorizar mis sentimientos, decirle a quien corresponda que l@ echo de menos, hacer cumplidos, ser más detallista, no tener miedo de expresarme… Vamos, que en este aspecto me toca poner mucho esfuerzo, pero confío en ir mejorando y acabar siendo constante. De nuevo, mil gracias por su paciencia y por aguantarme.
Resumiendo: considero que ha sido un gran año, lleno de experiencias y grandes momentos, otros momentos menos grandes, pero sobre todo de mucho, mucho aprendizaje. En eso se supone que consiste la vida, ¿no? En aprender para ser mejores, sentirnos mejor y hacer sentir mejor a los demás.
Bueno, después de la parrafada (que no sé si alguien leerá, pero tampoco me preocupa demasiado, porque esto es de lo más terapéutico…), solo me queda desearle a la humanidad en general un año nuevo con un balance final positivo, que decidan ser felices y que luchen por alcanzar sus sueños.
Adiós 2014, fue un placer. ¡Bienvenido 2015!
– P –