Primera semana de adaptación superada. Estoy y soy feliz con mi decisión y sé que van a salir cosas muy positivas en este nuevo camino que he elegido. Es un reto, pero son los retos y el famoso «salir de la zona de confort» lo que nos lleva a crecer y a evolucionar. Me toca currármelo, pero habiendo motivación y ganas, el esfuerzo es lo de menos. También es cierto que la gente es encantadora y muy comprensiva, cosa que desde mi posición se agradece muy mucho.
Por otro lado, algo de lo que no suelo hablar, por paradójico que resulte: el atletismo. La verdad es que no sé por qué me cuesta tanto hablar de ello, cuando debería estar deseando compartir mis avances, penas y glorias (que lo estoy, pero hay algo que me echa un poco para atrás). Al final esto va a ser más complicado de lo que pensaba en un principio, pero bueno, el paso más difícil ya lo he dado, que era empezar a escribir. A este ritmo, quizá dentro de unos tres o cuatro años incluso puede que me anime a publicar fotos de manera habitual. Paso a paso.
Al lío… Las temporadas en atletismo varían para cada un@ en función de la disciplina a la que se dedica y de los resultados que vaya obteniendo a lo largo del año. El calendario anual en mi caso particular es, a grandes rasgos:
- Temporada de invierno/indoor/pista cubierta. Empieza a mediados de enero y acaba a finales de febrero. Es muy corta y es, más que nada, una preparación para la temporada de verano.
- Temporada de verano/outdoor/aire libre. Comienza a finales de abril-principios de mayo con la Liga de Clubes, y se alarga hasta finales de julio o principios de agosto, finalizando con el Campeonato de España.
Este invierno he competido ya dos veces en Madrid, una en salto de longitud y otra en triple salto. El objetivo de esas pruebas era conseguir las marcas mínimas correspondientes para participar en el Campeonato de España de pista cubierta, que se celebra en Antequera (Málaga) los días 21 y 22 de febrero. A pesar de haber logrado la marca en las dos pruebas, solo competiré en una ya que ambas están separadas en el horario por tan solo unas horas, y está muy justo (bueno, está muy justo para mí).
El ansia por conseguir resultados está ahí, pero la (sabia) experiencia me dice que me lo tome con calma, que no intente ponerme al día con lo que no he hecho hasta ahora porque la cosa no funciona así. Estoy acostumbrándome a disponer de más tiempo en la vida, pero se me hace raro aún; es más, el otro día ya me llevé un susto por exigirle pedirle a mi cuerpo más de lo que está preparado para dar en este momento. Por lo tanto, toca tener paciencia… Y buenos alimentos, nunca mejor dicho, tanto para el cuerpo como para la mente.
Dentro de tres semanas veremos si se han hecho las cosas de manera correcta, aunque afortunadamente la vista la tengo puesta un poco más allá. Estoy tranquila, tiempo suficiente hay, así que por ahora solo vamos calentando motores…