Pues eso, ya es hora de ir retomando las buenas costumbres, que ya hace más de un mes de mi última entrada… Y así es como debía ser. Sabía que mayo iba a ser un mes muy intenso y, como ya dije, sentía que todo se me estaba yendo de las manos. Por eso decidí hacer una lista de prioridades y dedicar todo mi tiempo a ella mientras fuera necesario.
He tenido que dejar bastantes cosas aparcadas y ha habido algunos momentos duros, pero afortunadamente ya pasó el bache. No hay nada como una situación cercana al límite para ver ponerse las pilas y ver las cosas con claridad.
Desde entonces han pasado muchas cosas como, por ejemplo, que ya dio comienzo la temporada de atletismo de aire libre. Llevo tres competiciones a mis espaldas, las dos primeras jornadas del Campeonato de España de clubes y el XIX Trofeo Internacional Ciudad de Salamanca “Memorial Carlos Gil Pérez”. La mejor hasta el momento ha sido esta última, celebrada el pasado sábado 4 de junio, en donde salté 5,93 metros.
En esta competición la protagonista indiscutible fue mi gran amiga Juliet Itoya que, con un gran registro de 6,79 metros, consiguió la marca mínima exigida (6,70 metros) para participar en los JJOO de Río 2016. Además, su salto es la 3ª mejor marca española de todos los tiempos en salto de longitud, detrás de Niurka Montalvo y Concepción Montaner. ¡Ahí es nada!
En otro orden de cosas, hasta finales de abril todo había estado más o menos bajo control, pero cuando llegó el momento de compaginar trabajo, clases/estudio de alemán, curso intensivo de fin de semana y labores domésticas con las competiciones (y sus correspondientes viajes) hubo un momento en el que pensé que no iba a ser capaz.
Por si eso fuera poco, también tuve una “crisis de perfeccionismo” en el trabajo que me tuvo decaída prácticamente una semana. Al menos aprendí, aunque fuera a la fuerza, que se puede abarcar mucho siempre que se apriete en cada sitio lo justo y necesario.
Para finalizar el repaso, los días 20 y 24 de mayo fueron los exámenes de alemán A.1. Mi tiempo para estudiar era tirando a inexistente pero, como es habitual en mí, al final resultó que sabía más de lo que creía saber así que no tuve problemas para aprobarlos, ¡y con nota!
Una vez llevada a cabo la actualización pertinente (para que sirva de nexo con lo anterior, principalmente), ya puedo retomar mis desarrollos sobre temas variopintos. Lo cierto es que lo echo de menos porque es muy liberador y terapéutico, como ya he dicho en varias ocasiones. Poner mis reflexiones por escrito me ayuda a obtener otra perspectiva del tema en cuestión y compartiéndolas tengo además la oportunidad de recibir aún más puntos de vista diferentes (o similares) al mío. Muchas gracias a quienes se toman un ratito para leerme.
– P –