La vida es aquello que ocurre mientras te empeñas en hacer otros planes.
– JOHN LENNON
No sé cuántas veces he compartido ya esta cita, pero por algo es una de mis preferidas, por eso siempre acabo volviendo a ella. Ya sé que mucha gente no está de acuerdo o simplemente no entiende lo que quiere decir. Que cada persona la interprete como quiera o como pueda.
Mi interpretación es que la vida es ahora. Los momentos perfectos, si existen, son tan efímeros que para cuando nos damos cuenta de lo perfectos que son ya han desaparecido.
Recuperando sueños archivados
He cometido el error de principiante de querer tener cada paso bien planificado. Me distraje tanto con eso que al final me olvidé de hacerme la pregunta más importante: ¿qué es lo que quiero hacer? No qué se supone que debería hacer, sino qué quiero hacer realmente, sin tener en cuenta nada más. La respuesta a esa pregunta no tengo que pensarla siquiera: quiero salir de aquí e irme al extranjero.
Una vez formulada y respondida esa pregunta, el siguiente paso es preguntarme si hay algo que me impide irme. La respuesta es ‘no’. Bueno, pues parece que está todo claro.
Vivir fuera de España durante un tiempo indeterminado es una de las cosas que he querido hacer desde que alcanzo a recordar. Pensé en irme a Noruega al acabar la Educación Secundaria, pero me entró el miedo y elegí el camino fácil, que era quedarme aquí. Unos años más tarde me fui a Madrid, que en ese momento fue un gran paso para mí.
Durante mi carrera universitaria tuve la opción de pedir la beca Erasmus, pero para proteger mi otra carrera (la deportiva) decidí no hacerlo. Por una cosa o por otra, las decisiones que he tomado a lo largo de mi vida hasta la fecha me han llevado por otros caminos, siempre dentro de las fronteras de España. Aunque me haya costado un poco, ya me he dado cuenta de que no va a haber momento mejor para irme que este… porque este es el único momento que tengo.
Es hora de ir hacia delante
No me he ido antes por evitar la incomodidad, más que por miedo. Si te pones a buscar excusas, no te va a costar mucho encontrarlas o inventártelas. Al principio pensé que estaba haciendo lo que tenía que hacer, pero ya me ha quedado claro de que lo único que he hecho es posponer lo inevitable.
Lo de inevitable es porque no tenga otra opción, sino porque es lo que realmente quería y quiero hacer. Que ese deseo siga ahí después de todos estos años, con más fuerza que nunca incluso, me dice que deje de esquivarlo ya y que me tire a la piscina.
Durante estos dos años que he estado aquí, me he ido transformando poco a poco en una versión actual de la persona que era cuando aún vivía en casa. Quizás haya personas para las que eso sea algo positivo, pero en mi caso no lo es. No quiero volver a ser quien era ni cómo era a los 20 años. Tampoco creo que esta ciudad pueda sacar nada más de mí, ni yo de ella, al menos en estos momentos.
No es que haya nada de malo en vivir en Las Palmas. Eso es algo que no me canso de decir allá donde voy. Siempre he dicho que la calidad de vida es excepcional si lo que te ofrece la ciudad y el estilo de vida se adapta a lo que te gusta. Por desgracia, no es mi caso; me siento totalmente como un pez fuera del agua, a falta de un ejemplo mejor. Lo he intentado, de verdad que sí, pero me he ido marchitando progresivamente y hasta que no me he chocado de frente con la realidad no he visto la gravedad del asunto.
Volver a sacarle brillo a la vida
No me gusta en lo que me he convertido. Estoy apagada, desconectada; oscura y a oscuras. He perdido totalmente mi «brillo», por llamarlo de alguna manera. Estoy viva, sí, pero no estoy viviendo. Una cosa es que disfrute de la soledad, que me guste la sencillez y que no necesite mucha cosa para sentirme bien… y otra muy distinta es ‘esto’.
En este estado no soy capaz de ser buena hija, buena amiga o buena persona en general. Necesito remar hacia la orilla para salvarme, porque me da miedo qué puede pasar si sigo yendo a la deriva. No se me ocurre un modo mejor de expresarlo.
O me quedo aquí lamentándome y soñando con «lo que podría ser pero no es», o me levanto y voy a por ello. Necesito volver a tener ilusión por la vida y ganas de salir al mundo exterior. Quiero conocer gente y lugares nuevos, por el hecho en sí y también para que me ayude a fortalecer el aprecio por aquellos que ya conozco. Necesito ser capaz de visualizarme consiguiendo mis objetivos. Quiero volver a soñar y a sentir que estoy trabajando por esos sueños.
Mis orígenes no van a cambiar, así que siempre puedo volver a ellos en el caso de que necesite resetear de nuevo. Por suerte, en eso ya tengo experiencia, cosa que ayuda a dar el paso con algo más de confianza.