Reflexiones

Ya está bien (de no estar bien). Manos a la obra

Pues eso, que ya está bien. Hasta aquí.

Me está costando la vida escribir en el blog, publicar algo en las redes sociales (en la mayoría ni me meto directamente), y ya no digamos tener conversaciones profundas con otras personas. Aunque el estado actual del mundo también tiene mucho que ver en ello, lo cierto es que lo mío viene de más lejos.

He pasado por una temporada en la que no he sido capaz de hacer otra cosa que mirarme el ombligo y mirar al techo a partes iguales. Es más, lo que ha ido pasando a mi alrededor me ha dejado en un estado de «ni frío ni calor» más persistente que de costumbre. No me gusta ser así. No me gusta ir por la vida así. Hay momentos y momentos, pero esta versión de mí quiero que quede atrás lo antes posible.

A cada una le motiva lo que le motiva

No soy de esas personas que creen que unas profesiones están por encima de otras, o que el valor que una persona puede aportar esté directamente relacionado con qué, cómo y cuánto haya estudiado. Lo que creo es que a cada persona le gusta lo que gusta, le interesa lo que le interesa y se le da bien lo que se le da bien.

(Y sí, soy consciente de que hay gente que por sus circunstancias no puede permitirse el lujo de ponerse selectiva.)

A lo que hago referencia aquí es a lo que podemos controlar. Las personas que somos tan afortunadas como para tener opciones y que, aún teniendo esa suerte, no damos el paso. ¿El motivo? Quizá sea por miedo a lo desconocido o por el simple hecho de no querer enfrentarnos a un proceso de cambio que intuimos será incómodo, como poco. De nuevo, ya está bien.

Ya sabemos que la necesidad aprieta, pero solo la necesidad cruda y real aprieta lo suficiente como para hacernos abandonar un camino por el que desde hace tiempo ya solo nos lleva la inercia.

Películas mentales y reparto de papeles

Cometí el habitual error de montarme una película en la cabeza (que todavía sigue reproduciéndose de vez en cuando en segundo plano) compuesta por clips de eventos, procesos y logros de otras personas. Tenía esa película como el objetivo a conseguir, como el modelo a copiar. ¿Lo curioso? Que ni siquiera era consciente de ello.

Una salida fácil sería culpar a esas personas por ser felices y mostrarlo. La tentación en estos últimos meses ha sido muy fuerte, lo admito. Pero al final, la única lectura útil que puedo sacar de todo esto es que he estado demasiado tiempo sentada en medio de ese camino (el de la inercia), soñando con que alguien viniese a sacarme en brazos de él, en lugar de levantar el culo y empezar a caminar.

Todo esto viene porque no puedo evitar preguntarme cuántas personas piensan y sienten lo mismo que yo: que ocupan un papel secundario en sus vidas en lugar de ser las protagonistas. O, peor aún, tienen la sensación de que ni siquiera van a salir en la película. 

La solución: menos pro, más yo

Me he dejado arrastrar por una espiral de inseguridad, dudas y miedos que, sinceramente, me tiene bastante harta. Esta espiral no hace más que retroalimentarse con el contenido que consumo en redes o en los medios de comunicación, por mucho cuidado y muchos límites que le ponga a mi interacción con ellos.

A pesar de la resistencia que sigo sintiendo al pensar en «contar mi vida», sé que es lo que necesito para desbloquearme. Tampoco es tan raro que haga precisamente eso es una página que lleva mi nombre, ¿no? Ya lo hice durante un tiempo sin darle muchas vueltas y me apetece volver a las andadas. Me he obsesionado tanto con que tengo que ser pro que me he olvidado de ser yo.

Tal vez seas una de esas personas a las que les puede ayudar observar este proceso de volver a convertirme en protagonista de mi propia historia. Ya sea porque estás en una situación parecida o simplemente porque te apetece cotillear, te invito a que tomes asiento virtual.

Así que eso, ya está bien de tanto lamento y tanta excusa. Toca ponerse a manos a la obra, y sé de antemano que me voy a manchar. Me muero ganas.

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2 comentarios en «Ya está bien (de no estar bien). Manos a la obra»

  1. Gracias por compartir un trocito de tus reflexiones y pensamientos. Al final todos nos hemos sentido así en alguna ocasión, ya sea temporal o puntual pero sí, hay que levantar el culo y moverse y sobretodo mancharse. 💪

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    • ¡Gracias a ti por leerlo María! Como reza el dicho, «el movimiento se demuestra andando», así que habrá que ponerse a andar o algo… :)

      Responder

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