Septiembre, mes de cambios, de idas y venidas. De comienzos y de finales. Sí, ya sé que está todo el mundo con la misma cantinela, pero es lo que toca. Es el mes que sirve de puente entre el verano profundo y el invierno, que viene amenazando desde la distancia (el otoño lo omito, porque muchas veces ni se digna a hacer acto de presencia).
Empecé el año con la firme intención de proponerme un reto cada mes. No tardó mucho en torcerse la cosa porque, como no me cansaré de repetir aunque haya gente que discrepe, “la vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” (John Lennon dixit). Y así ha ido transcurriendo el año, viviendo, centrada en lo que quería y tenía que hacer en cada momento de cada día. Por esa razón me he pasado bastante poco por aquí… Y ha sido por eso también que salir airosa de los diversos frentes abiertos se convirtió en mi principal reto.
Por fin, después de estos meses intensos, puedo volver a plantearme uno de esos desafíos. Mi reto para el mes de septiembre es conseguir orden, en todas sus expresiones. Mantener en orden mi cuerpo, mi mente y mi espíritu. Poner en orden mis cosas, tanto en forma de objetos como de ideas. Poner en orden mi vida, en definitiva. Puede parecer algo etéreo, aunque lo cierto es que tiene todo el sentido del mundo.
No es que vaya a empezar hoy; ya llevo bastante tiempo con ello. La diferencia es que hoy comienzan una serie de cuentas atrás. Ahora es un buen momento para hacer una declaración de intenciones. Cuando tienes un objetivo, una fecha límite y/o plazo determinado, resulta mucho más sencillo dar los pasos adecuados en esa dirección. Se trata de tener un punto de referencia. Hablando claro: o has terminado para cuando llegue ese punto o estás fastidiado/a, dicho finamente.
A pesar de haber mejorado mucho en temas de planificación y gestión del tiempo, aún me queda bastante camino por recorrer. Por eso me lo pongo como reto, porque es algo que me sigue costando. Este septiembre es el mes perfecto para ponerme las pilas. Si lo hago bien, sé que el resultado va a ser más que satisfactorio.
Ya dejo los misticismos a un lado… De momento. ¡Orden, ven a mí!
– P –